Blitz, David Trueba

lunes, 2 de marzo de 2015
¡Hola, pequeños ratones de biblioteca!
Sí, hoy os traigo una reseña literaria, que ya llevo unas cuantas entradas sin redactar ninguna. No por nada, simplemente, a veces me apetece más hablaros de pelis y otras de novelas.

En esta ocasión os traigo lo último de David Trueba, Blitz, la última novela que he leído y que supone el ansiado regreso a las letras de este escritor.

David Trueba es un hombre polifacético (igual que sus hermanos, parece que les viene de familia) e, igual lo encuentras como guionista (sin ir más lejos, La niña de tus ojos la escribió él) que como guionista y director (La buena vida o la última y genial Vivir es fácil con los ojos cerrados), que como articulista (en la universidad estudió periodismo), o como escritor de novelas tan adictivas como llenas de reflexión.

He leído todas sus novelas (cuatro con la presente) y todas ellas me han parecido excepcionales. En otra ocasión os hablaré de las tres anteriores, hoy prefiero centrarme en Blitz.

Blitz, David Trueba. Editorial Anagrama. Colección Narrativas hispánicas (2015). 166 págs.

Sinopsis:
Beto y Marta han ido a Munich a presentar un proyecto paisajista a un concurso internacional. Son el típico ejemplo de la juventud española desaprovechada (ejem, qué identificada me he sentido...): los dos tienen estudios pero han tenido que hacerse autónomos para ganar algo y, aún así, la cosa ya no les da casi para comer. Sin embargo, ganar o no el concurso deja de tener importancia cuando Marta abandona a Beto por un exnovio y él decide rebelarse quedándose en Munich en lugar de volver a Madrid con ella. En su deambular pesaroso por Munich conoce a Helga, una mujer madura con la que entabla una especie de relación romántica extraña que le llevará a cuestionarse sus valores y sus ideales.

Mi opinión:
En primer lugar, qué bien sienta volver al hogar seguro que supone un autor que te gusta. Y más cuando el autor es fiel a su estilo y no te decepciona. Como David Trueba. En infinidad de ocasiones he escuchado eso de que los escritores escriben siempre la misma novela cambiando personajes o ubicación; que sus temas, manías y cuestiones vitales se repiten a lo largo de sus carreras. En el caso de David Trueba esta máxima se cumple a la perfección: a David le interesan la pérdida, la ruptura amorosa como pérdida de la inocencia y de un paraíso que solo descubrimos que existió cuando lo perdemos y la identidad. Sobre todo la de los treintañeros, esa etapa de la vida en la que finalmente uno se descubre siendo adulto pero no tiene instrucciones de uso de la vida. A esas reflexiones, además, se une en esta ocasión el tema del tiempo, del paso del tiempo y aquello en lo que éste nos convierte (queramos o no) y de la herencia que recibimos de nuestros padres (entendida como creencias o modelos de conducta, no a nivel material).

Beto está perdido, materialmente en Munich, una ciudad que no conoce y de cuyos habitantes lo separa algo tan ajeno como el alemán y también metafóricamente, porque la ruptura con Marta lo descoloca por completo. Él no lo veía venir, él que tanto se fija en el paisaje y que ha diseñado un jardín para enseñar a la gente a ser consciente de cada minuto, no se ha dado cuenta de una infidelidad de meses. Y duele.

En la novela seguimos sus andanzas a lo largo de todo un año en el que, a partir de la ruptura, Beto cambia totalmente de vida para cambiar lo que más cuesta: los sentimientos y los prejuicios asociados a la costumbre.

La novela se me ha hecho muy muy breve (de hecho, son solo 160 páginas) y la he disfrutado enormemente porque si algo tiene David Trueba es que podría escribir un libro de aforismos de 300 páginas sin siquiera despeinarse. Leerlo es un placer para los sentidos pero, sobre todo, es un placer para cualquier mente algo despierta a la que le guste pensar. Además, hasta ahora, las novelas de este autor me habían gustado y me habían hecho pensar, pero con esta he ido un punto más allá y, como os he dicho antes, me he sentido muy identificada con algunas de las reflexiones de Beto y de sus interpretaciones de la realidad (¿o debería decir de la jodida realidad en que vivimos los jóvenes españoles?).
El periodista, escritor, guionista y director David Trueba.
Recomiendo todas sus historias, aunque de entre ellas si buscáis más risas, podéis comenzar con Cuatro amigos, que es la más gamberra y la que se hace más ligera porque no tiene tanta carga social. Hace unos años era lectura obligatoria en el instituto, hasta que llegó el cambio de gobierno y nos volvimos todos un poco mojigatos (qué se le va a hacer).

En comparación con las anterior, Saber perder, Blitz sigue su estela pero, tras seis años de espera, es demasiado corta, ésa es la única pega que le encuentro. Igualmente crítica con la sociedad española, Saber perder, por su extensión, abarcaba más personajes y tenía una trama mucho más elaborada que le valió el premio de la Crítica a la mejor novela de 2008.

No sé si esta nueva historia será objeto de tan (merecidas) buenas críticas, pero lo que está claro es que es una novela que se lee con facilidad y hace reflexionar.

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