Se acerca Navidad

jueves, 20 de diciembre de 2012
Se acercan las Navidades. Casi casi las tenemos ya a la vuelta de la esquina (solo cinco días de nada) y quien más y quien menos ya ha probado el turrón tradicional o guarda con especial ilusión un décimo de lotería.


Para mí, las Navidades significan muchas cosas que desde niña me han puesto el corazón contento: villancicos, más tiempo en casita (con el frío que hace fuera), la ilusión de regalar y ver las caras de quien más quieres cuando abren los regalos y, por encima de todo, esas comidas y cenas que se alaaaargan hasta lo indecible y que, aunque nos cuesten algún que otro kilo de más, también nos reportan kilos y kilos de algo que no engorda (aunque amplía nuestro corazón): buenos deseos, charlas interesantes y muchos abrazos y besos.


Detalle de nuestro nacimiento de este año.
No pretendo ser hipócrita, es cierto que en nuestra sociedad Navidad se ha igualado a consumismo desenfrenado, pero creo en nuestras manos está que para cada uno de nosotros la Navidad sea lo que de verdad queramos.

Dicho todo esto, diciembre siemrpe es un mes que trae consigo fechas destacadas en mi calendario:
- el puente de la Inmaculada cuando inauguramos el belén municipal del pueblo (mi padre es el presidente de la Asociación y yo participo en lo que buenamente puedo).
- la excursión belenista, excusa perfecta para pasar un fantástico domingo, hacer turismo y ver belenes que son auténticas obras maestras.
- la reunión del club de lectura Té con Tagore que, si todos los meses resulta interesante y divertida, en diciembre se convierte en una auténtica merienda literaria en la que las risas y las buenas conversaciones están aseguradas.
- la compra de regalos. Gran, gran momento porque soy de las personas que disfruta más pensando y comprando cositas para los demás que premiándome a mí misma.

Lo malo de las fechas que esperas con ilusión es que tardan mucho en llegar y luego casi nada en pasarse...

- Inauguramos el belén el 8 de diciembre, como todos los años y el de esta Navidad está siendo un auténtico exitazo. En esta ocasión, hemos representado dos escenas (Anunciación a María y Nacimiento) ambientadas en dos calles muy conocidas de nuestro pueblo y los vecinos están encantados. Da gusto que después de un duro día de trabajo la gente del pueblo te pare por la calle para decirte lo muchísimo que les ha gustado.

- Repetimos experiencia en Valencia en nuestra excursión belenista. El domingo tuvimos el placer de contemplar unos belenes preciosos, disfrutar de una distentida comida en muy buena compañía y pasarlo pipa en el Mercado Central y otros puestecitos que había en la plaza de la catedral. ¡Me traje unos marcapáginas preciosos de una ilustradora infantil!



Belén de la catedral de Valencia. Foto de Carlos Aznar.

Belén del Metro de Valencia. Foto de Carlos Aznar.


 
Hermina Esparza, la ilustradora infantil de la que compré dos marcapáginas.



Clic en la imagen para ir al blog del club
- El lunes fue auténticamente genial la reunión del club de lectura. Leímos dos cuentos, el mío "El sueño de Lidia" que fue premiado en noviembre con el tercer puesto del premio Géminis y el de la compañera Nieves Juan "Galletas de canela" que nos presentaba a una niña un poco borde y carente de espíritu navideño. Hablamos de libros y comimos de todo. Tenemos unas cocineras increíbles en el club: Nieves nos trajo su turrón de rosas tradicional, Jero una pizza casera riquísima, Rosario trufas para chuparse los dedos y Carmen un pan típico de su país mezcla de dulce y salado. Todo regado con las infusiones de Nieves Juan y el moscatel omnipresente. Vamos, quien nos viera se pensaría que nos habíamos ido de pic-nic.
Mi regalo soñado... pero creo que no he sido taaan buena :(
- Los regalos... ¡todavía me queda por disfrutar esto! Ya he maquinado algunos y este fin de semana espero poder bajar a Alicante a por ellos.

¿Y vosotros? ¿Cómo vivís los preparativos de estas fiestas?




Las eternas, Victoria Álvarez

martes, 18 de diciembre de 2012
La impresionante portada de Las eternas.
Después de dejar reposar la lectura unos días, hoy os quiero hablar de la segunda novela de la escritora salmantina Victoria Álvarez, uno de los grandes descubrimientos literarios que me ha traído este 2012 que está a punto de expirar.
 
Victoria publicó a finales del año pasado su primera novela, Hojas de dedalera, una historia de trazas victorianas en las que Jack el Destripador y las novedosas corrientes espiritistas de la época conformaban el telón de fondo para una historia de amor sobrenatural llena de originalidad y ternura.
Me dejó huella esta novela y hube de añadirla a mi particular lista de "Duelo de los libros", un breve índice en el que apunto aquellas obras que, una vez acaba su lectura, me tienen absorbida unos días y me hacen imposible sumergirme en ninguna otra historia. Allí apunté Hojas de dedalera, junto a Expiación de Ian McEwan o El castillo soñado de Dodie Smith, por poner dos ejemplos.
 
Después de un debut tan interesante, estuve a la espera de la nueva obra de Victoria hasta noviembre, cuando por fin Las eternas vio la luz de la mano de Versátil.
 
... Y Victoria colmó mis elevadas expectativas.

 
Antes de prodigarme en elogios hacia una novela que considero más madura que la primera y que consiguió entusiasmarme igual, dejadme que os cuente un poco de qué va...
 
Las eternas es una historia de amor y misterio, ambientada en Venecia a principios del siglo XX que bebe directamente de las fuentes de todo un fenómeno literario que se ha denominado steampunk. El steampunk es una corriente literaria que toma de partida la sociedad victoriana del siglo XIX y desarrolla un pasado alternativo en el que se nos muestra qué habría pasado si las máquinas de vapor se hubieran desarrollado hasta límites insospechados (de ahí el término steam=vapor en inglés). Dicho en otras palabras, las novelas steampunk nos muestran un pasado que pudo ser pero que, evidentemente, no llegó a serlo porque la ciencia se desarrolló por otros derroteros. Una vertiente especial de este tipo de literatura mezcla de histórica y fantástica es el clockpunk, que parte del mismo supuesto pero, en este caso, se nos relatan increíbles adelantos de mano de las mecánicas relojeras.

Las eternas se mueve por esta segunda tendencia.
 
La autora, una jovencísima Victoria Álvarez, con su criatura.
 
Sin revelar demasiado su argumento, pues la novela basa gran parte de su fuerza en las sorpresas que van asaltando al lector, os puedo contar que conoceréis a dos familias jugueteras: los Corsini, los hermanos Mario y Andrea regentes de una juguetería de larga trayectoria en Venecia y los Montalbano, un padre y su hija, Silvana, que se instalan justo ante los Corsini y abren otra juguetería... solo que mucho más siniestra. La perfección de los juguetes de los Montalbano (especialmente de sus autómatas) atrae a todo un reguero de compradores que pone en peligro la subsistencia de los hermanos Corsini hasta que Mario, movido por una curiosidad incontenible, decide cruzar el canal y ver con sus propios ojos dónde radica su éxito. Lo que descubre allí dentro, cambiará su vida para siempre...
 
¿A que soy mala? Pues hasta aquí os pienso contar, porque como ya he dicho, lo realmente impactante de esta novela son sus giros argumentales y no pienso destriparos ninguno.
 
Intentar vender una novela de Victoria Álvarez es una tarea realmente inútil si ya habéis leído Hojas de dedalera y facilísima si todavía no la habéis descubierto: no os arrepentiréis. Victoria es una escritora talentosa, con gran sentido del ritmo narrativo y de todas esas tretas que solo los buenos autores saben emplear para capturar a sus lectores sin que estos sepan distinguir los engranajes que los llevan a ese estado de sometimiento tan agradable que producen algunas novelas cuando no puedes parar de leer. Sus obras no se leen, se beben, se comen a grandes bocados y se lamenta no haberlas saboreado con más calma después porque siempre, siempre se hacen cortas. Sin embargo, al contrario que los buenos helados de chocolate o los mejores pasteles, las novelas de esta escritora permiten una, dos y cuantas quieras lecturas de tal manera que al primer acercamiento ávido pueden sucederle repetidas degustaciones minuciosas. Lejos de querer enrevesar las cosas o que sea demasiado evidente mi ya gruñidor estómago, la que os traigo hoy es una novela que apetece releer en cuanto la has acabado y eso es algo que solo ocurre de manera esporádica.
 
Y si su preciosa prosa, su calidad lingüística y su alta literariedad (la novela está llena de ecos de los más grandes autores decimonónicos) no os convencen del todo para hincarle el diente, he de deciros que además de formalmente, la novela Las eternas engancha por su fondo. La historia está llena de personajes cuidados al detalle, diálogos creíbles, requiebros de la acción sorprendentes y mucha mucha emoción.
 
Aunque desde mi punto de vista el mayor logro a nivel de creación de personajes es Silvana, la misteriosa hija del nuevo juguetero, Montalbano, Victoria ha mimado a todos y cada uno de los actores de esta historia para que la historia adquiera la consistencia que los temas tan profundos que toca requieren.
 
Porque, no nos engañemos, os he dicho que esta novela es un cruce entre la novela de misterio, romántica, histórica, steampunk... pero es mucho, mucho más. Una lectura detenida y meditada nos enfrenta cara a cara con una de las cuestiones más debatidas por la humanidad desde nuestros albores: ¿existe el alma?, si es así... ¿dónde se ubica?, ¿dónde reside esa esencia que hace que los seres humanos trascendamos o persigamos ese sueño de trascender?
Todas estas preguntas se las hacen también los personajes de Las eternas y Victoria Álvarez ha sabido, con el buen saber y sensatez que la caracterizan, dejar las puertas abiertas para que los lectores busquen su propia respuesta.
 
Por todas estas razones deseaba presentaros Las eternas. Nadie es capaz de decir si un libro es bueno o es malo y, si alguien así lo hiciera se engaña a sí mismo. La literatura es, sobre todo, subjetividad porque apela a lo más subjetivo que tenemos como seres humanos, nuestra sensibilidad. Por ello, no puedo decir: "¡corred a leer Las eternas!, ¡es el mejor libro de este otoño!", pero sí os puedo asegurar que, si deseáis adentraros en un libro muy especial, una historia inolvidable y pasar unas horas en muy buena compañía éste, sin duda, es vuestro libro.
 
Si después de su lectura, tenéis que apuntadlo en vuestra particular lista de "Duelos de los libros", recordad que vais sobre aviso: las novelas de Victoria Álvarez llegan al corazón y dejan huella.


¡A adaptar se ha dicho!

domingo, 9 de diciembre de 2012
No es un secreto a voces que soy una rata de biblioteca con zapatos hechos de rollos de películas. En pocas palabras, si de repente el mundo involucionara y los libros y el cine dejaran de existir, no dejaría piedra sobre piedra hasta volveros a inventar.
Con estos antecedentes, no es de extrañar que en mi dilatada carrera de lectora de fondo y cansina cinéfila de pro me haya topado con una inabarcable retahíla de películas basadas en libros y, lo que suele ser más inquietante, libros que se han escrito a partir del éxito de una determinada película.
Resulta extremadamente difícil ser categórico sobre qué es mejor: un buen libro o una buena película. Son formatos muy distintos que apelan a nuestra sensibilidad de una manera diferente y que, entre sus herramientas, cuentan con recursos totalmente dispares para llegarnos al corazón. Por lo tanto, no puedo decir "me gustan más los libros que las películas en las que se basan" porque no estaría siendo sincera. Si bien es cierto que una película acaba con la libertad que otorga una novela para que el lector recree a su manera el mundo que le presenta el autor, también es verdad que hay películas que saben sacarle más juego a una historia que la que su propio creador le sacó. Una película basada en un libro no deja de ser la visión subjetiva de un director sobre una historia y depende de que nuestra subjetividad se asemeje a la del realizador para que la peli nos guste tanto o más que la novela.
Dicho todo esto, os dejo una pequeña lista de pelis que han adaptado novelas (cinco para empezar está bastante bien, ¿verdad?) y que, desde mi humilde punto de vista, merecen tanto la pena, sino más, que sus hermanos de tinta y papel.
¡Veamos si coincidimos!

1. Orgullo y prejuicio, Jane Austen (1813); Joe Wright (2005).




Mil adaptaciones, lo sé, Austen tiene varias publicaciones mensuales consagradas únicamente a su obra literaria así que no es de extrañar que el séptimo arte también haya bebido constantemente de sus historias de época. ¿Por qué entre todas me quedo con la del inglés Joe Wright? Porque es fidelísima a la novela de mi querida Jane (hasta el punto de acabar tal y como Jane lo haría y, dada la falta de sutileza del público norteamericano, verse abocado a grabar un segundo final más explícito para contentarlos); porque la banda sonora de Dario Marianelli es como para ponerle un marco y sé que estará presente el día que se me vaya tanto la pinza como para caminar hacia el altar; porque no puedo imaginar a ningún otro señor Bennet que no sea el genial Donald Sutherland; porque su lectura de Mr. Darcy como un joven algo menos petulante que el original y un tanto más tímido y retraído es, sencillamente, enternecedora.


2. Mucho ruido y pocas nueces, William Shakespeare (1598-99); Kenneth Branagh (1993).

 
 
Otro gran clásico, esta vez homenajeado por un director y actor británico por cuyas venas corren los versos blancos del genial dramaturgo inglés. Mucho ruido y pocas nueces es una comedia divertidísima, de diálogos chispeantes, inteligentes y cargados de juegos dialécticos que sólo el más grande dominaba a la perfección y Branagh lo reverenció con una película que conserva su espíritu y, encima, nos regala unas interpretaciones impresionantes (fijaos si no en el propio Kenneth y la dulce Emma Thompson) y una banda sonora (sí otra vez estoy con la musiquita) que es preciosa y muy característica.
No puedo evitarlo, Shakespeare siempre ha sido una de mis debilidades y ésta la comedia que más me gusta de las muchas que escribió.



3. La guerra de los mundos, H. G. Wells (1898) ; Steven Spielberg (2005).



 
Otro autor británico (ahora entiendo cuando en casa me dicen eso de "ya le salió la vena filóloga"), esta vez versionado por el Midas de Hollywood. Que conste que no soy la fan número uno de Tom Cruise (deberé andar la que hace cinco o seis por la cola), pero en esta película está todo lo contenido y mal encarado que su personaje le pedía a gritos. La obra de Wells es muy inquietante (y bastante genial, para qué engañarnos) y Spielberg logra a la perfección trasladar esa inquietud, ese pavor tan instintivo que despierta en nosotros enfrentarnos a lo desconocido (que encima viene con ansias de destrucción) al presente y, no sé si con vosotros lo logró, pero a mí me tuvo en tensión todo el metraje. Mientras veía la película, no podía dejar de pensar que, si algo así llegar a ocurrir, el pánico nos convertiría en los mismos seres irracionales que se matan por un coche en el film, los mismos que con tal de sobrevivir son capaces de los peores crímenes. Mención especial merece Tim Robbins y su interpretación del desquiciado superviviente.


4. Matar a un ruiseñor, Harper Lee (1960); Robert Mulligan (1962).


 
 
"¡Menuda obviedad!", estaréis pensando. Pues sí. Supongo que este clásico es tan incontestable que resulta redundante incluirlo en una lista, casi casi como si intentara convenceros de algo que, de obvio, cuestiona vuestra inteligencia porque... ¿acaso Gregory Perk no está increíble?, ¿acaso alguien que se haya acercado a esta conmovedora historia ha podido olvidarla? Tanto la novela, como la película forman un tándem perfecto para presentarnos una historia sobre los prejuicios y la educación moral y civil que les damos a los más pequeños que enternece al más pintado. Atticus es uno de esos personajes que nos gustaría que fuera real.

 

5. El paciente inglés, Michael Ondaatje (1992); Anthony Minghella (1996).



 
Acabo esta tanda con una novela lírica e intimista que se convirtió en la gran vencedora de la edición de 69 de los  Oscars (y más que deberían haberle dado, en especial en el plano interpretativo, claro que el pobre Fiennes competía con un insuperable Geoffrey Rush en Shine, así que...). Tanto la película como la novela son un canto al amor verdadero y a la esperanza por encima de lo que socialmente está o no aceptado. Juliette Binoche, guapísima, jovencísima y muy emotiva sí consiguió el Oscar por su papel de esa enfermera entregada y llena de vida que se niega a abandonar a un paciente ya sentenciado que resulta no ser todo lo inocente e indefenso que su actual estado muestra. Si a eso unimos una de las historias de amor de final más trágico que he visto... la emoción está asegurada.
La novela, para aquellos que no la hayáis leído, es profundamente poética, con pasajes quizá demasiado descriptivos y que merecen ser paladeados con tranquilidad, mientras que en la película ese exceso de lirismo es sustituido por una fotografía formidable y un gusto por el detalle que la convierte en la delicia que es.
 
 
Hasta aquí lo que se daba. ¿Compartimos gustos? ¿Estas parejas culturales os dejaron huella? Dentro de poco os dejaré otra tanda (porque entre otros muchos, he tenido que dejar fuera un buen número de autores ingleses ¡ay, el siglo XIX en Inglaterra qué prolífero en "bichitos" fue y cuánto ha entusiasmado a los directores del siglo XX!) así que, como dijo cierto ciborg (también cinematográfico): ¡volveré!

Epílogo de "Juntos, nada más"

miércoles, 28 de noviembre de 2012
 
Portada española de la novela



En un taller de novela que hice hace un par de años, el profesor nos pidió que eligiéramos una novela que nos gustase de verdad y le escribiéramos un epílogo. Pretendía enseñarnos cómo debe hacerse un epílogo para que, en caso de querer poner un colofón final a nuestros escritos, no caer en errores que desvirtuaran lo conseguido con el final de la novela.
 
Adoro a la autora francesa Anna Gavalda. Tiene una forma de escribir muy plástica, innovadora, llena de imágenes sugerentes y unos personajes y diálogos subyugantes. Por ello, elegí para el ejercicio escribir un epilogo para la novela que más me gusta de esta escritora, Juntos, nada más.
Quizás os suene el título, porque además de una excelente novela, ha tenido una adaptación cinematográfica encantadora de la mano de Guillaume Canet y Audrey Tautou.
 
Si no habéis oído hablar de ella, dejadme que, de paso que os presento mi epílogo, os hable un poquito de ella.
 
Camille y Franck
Juntos, nada más, es la historia de cuatro personajes lastimados por diferentes motivos, con vidas diferentes pero todas solitarias que, por una cuestión casi casi de azar (¿o mejor decir destino?) van a descubrir lo mucho que se necesitaban. Camille es una joven con un talento asombroso para la pintura que, por problemas familiares (no os digo más, habrá que leer la novela para averiguar cuáles), ha echado a perder su futuro, ya no pinta y se dedica a trabajar como limpiadora nocturna de oficinas. Franck vive para trabajar. Es un treintañero huraño, amante de la velocidad y las mujeres fáciles que se mata en la cocina del restaurante en el que trabaja y combina como puede sus responsabilidades como nieto con sus apuros monetarios. Paulette es su abuela, una viejecita que, de la noche a la mañana, se ve impedida y lejos de su coqueta casita y que sólo vive para esperar las visitas de su nieto y despacharse agusto con él. Y, por último, Philibert, el querido Philou, un joven retraído, tartamudo de pura vergüenza, filántropo de enorme corazón y experto en historia que, sin proponérselo, se convertirá en el pegamento que los una a todos.
Paulette es una anciana asustadiza en un principio.
 
La historia en si misma es bonita, pero Gavalda tiene una virtud más. No sólo crea historias entrañables, las cuenta con una sensibilidad, un humor dulce y unas imágenes tan bonitas que las convierte en inolvidables, tanto por su forma como por su fondo. Es una escritora directa, parca en descripciones y fuertemente visual. Los diálogos son su fuerte y, además tiene una mirada, a veces compasiva, a veces más irónica sobre sus personajes que consigue captar en seguida la complicidad del lector.
 
Yo la recomiendo encarecidamente siempre que tengo ocasión. Junto a Orgullo y prejuicio, es mi novela favorita y, hasta ahora, todas las personas que se la han leído por recomendación mía, han salido encantadas.
 
Philibert y su gorrito ruso.
Ahora sí, os dejo con el epílogo que le escribí para el taller. Si no habéis leído el libro, por favor, sed conscientes de que os lo voy a destripar, así que ¡cuidado!








EPÍLOGO (mejor no leer si no has leído antes la novela)
 
 
Se escucharon sólo dos toses cuando las luces se apagaron y el telón empezó a abrirse despacio. La pequeña Paulette decía «bah, bah, bah» rodeada de una ola de ssshhh que no incluían la sonrisa bobalicona de su padre. Quién lo iba a decir. El cocinero cabezón también era un sentimental. Camille lo miró y Franck hizo como que no la veía, fingió que era un padre muy responsable, en lugar del trocito de chocolate derretido en que se convertía cada vez que Paulette tenía a bien mirarle, y la meció en sus brazos tarareándole la misma nana que le cantaba su abuela.
―Blandengue ―le susurró Camille al oído, mientras acariciaba la cabecita pelona de la niña.
―Chst, tú a lo tuyo, que está a punto de salir.
Camille se arrebujó en su butaca y se divirtió sintiendo el cosquilleo de felicidad que se le había instalado en la punta de los dedos hacía meses. Dibujar ahora era un ejercicio de puro hedonismo.
De pronto, un foco. Y allí estaba Philou, perdón, Luis XIV, el rey Sol, a punto de contarles su historia como nunca antes lo había hecho porque la capacidad de reírse de uno mismo no era un don muy estimado en Versalles.
Camille se bebió sus palabras. Rió sus chistes. Aplaudió sus manierismos.
Y la muy tonta se puso a llorar cuando acabó.
―¿Qué pasa?
Negó con la cabeza. Se secó los ojos. Franck no lo entendería. O sí. Ya estaba bien de infravalorar la empatía de aquel zoquete con pintas de motero.
―El Rey Sol ―confesó. Franck la miraba con una media sonrisa que mandaba su fachada de tipo duro a tomar viento y la niña dormida en sus brazos―. Si no llega a ser por él, me habría muerto de una pulmonía. Y eso que tenía una chimenea.
―¿Qué quieres que te diga? Como cocinero nones, pero recogiendo animales abandonados… se merece una medalla.
―O un obelisco.
Camille sonrió. Franck no hablaba sólo de ella.

Intocable

viernes, 24 de agosto de 2012
No, no, no os voy a hablar de la gasolina ni de las facturas de la luz o los aumentos en la contribución de este año. Todos ellos están por las nubes, intocables si no quieres acabar con la billetera llena de telarañas, pero hoy os traigo una de cine.
Francés.
Driss y Phillippe disfrutando a pesar de las dificultades.
Mezcla de comedia y drama-light.
Basada en una novela que ha sido número uno en ventas en su país .
Llena de diálogos chispeantes y una pareja protagonista que, si bien podrían protagonizar un remake de La extraña pareja, se entendienten a la perfección ante las cámaras.


Un lujazo de dos horas.

Intocable nos cuenta la historia de un rico de los que pueden limpiarse el trasero con billetes de 50€ si le place...el problema es que no puede hacerlo porque es tetrapléjico. Un Sampedro a lo franchute. Pero sin el dramatismo de fondo y con un final... que no os pienso contar para que la veáis.
La escasa puntería de Driss
La tradición más snob del país vecino, la rancia aristocracia que representa Phillippe, choca de pleno con el que es elegido su nuevo chico-para-todo, Driss, un inmigrante desubicado y delincuente a ratos, según la necesidad apremie, que recala en la mansión solo porque va buscando que le firmen la cartilla del paro y lo dejen tan ricamente sin hacer nada al darlo como no apto para trabajar. El tiro le sale por la culata y Phillippe, tal vez intuyendo la diferencia, la catársis que va a suponer Driss en su vida, lo contrata.
A partir de aquí, estos dos mundos se encuentran, colisionan y acaban aprendiendo a respetarse y valorarse. El guión es muy ágil y, como he dicho, las ristas están aseguradas así como alguna que otra reflexión (que no nos viene mal ponernos en el pellejo de otros, de vez en cuando).
Si he de ponerle una pega tiene que ver con el desenlace, por un lado decepcionante y, por otro, anunciado. Supongo que soy demasiado optimista para la sociedad francesa ;).
¿Quién no quiere un amigo que le haga reír?
Lo demás está de lujo, especialmente la pareja protagonista: François Cluzet (que siempre que aparece en escena en mi casa va a acompañado de uno: "el Dustin Hoffman francés") y Omar Sy. La BSO es muy agradable y tiene el plus de estar basada en una historia real (en la que, a su vez, se basa la novela).
Arrasó en los premios César, los equivalentes a los Goya españoles y en el Festival de cine de Tokyo. Así que: si los japoneses han disfrutado ya de esta amistad imprevisible, ¿os la vais a perder vosotros?

Cosas que me ha enseñado el cine

domingo, 19 de agosto de 2012
Hace unos años, cuando Fotolog todavía tenía tirón por estos lares internautas, de vez en cuando hacía una entrada sobre cine educativo. Educativo porque, a su manera, muchas películas nos aportan auténticas perlitas de conocimiento (aunque dicho conocimiento no sepamos muy bién para qué narices nos va a servir en la vida real).
Por si a vosotros también os sirven, os dejo algunas de las cosas que he aprendido del séptimo arte últimamente:

- Si te encuentras con un alienígena con pintas de cucaracha, sé educado. El animalico sólo busca comprensión (Super 8).

- Una madre con botones por ojos, por muy bien que cocine guarda gato encerrado (Coraline).

- El mejor sitio para echarte una siesta confortable es la leja superior de un armario (Sombras tenebrosas).

- Cuando tu jefa te suelta un beso apasionado, a lo peor no está pensando en ti (La delicadeza).

- No es buena idea confesarle a tu mejor amigo que estás enamorado de él  justo antes de irte de vacaciones a su casa (Pequeñas mentiras sin importancia).

- Si tu jefe te manda a revisar los papeles de una vieja en una casa apartada de la mano de Dios, ten a mano a Íker Jiménez (La mujer de negro).

- Cuanto más listo seas, más te va a costar ser feliz (Smart people).

- No es buena idea ir a recuperar un antiguo amor que acaba de tener un hijo con un perro en el bolso (Young Adult).

- Una mujer pintada para la batalla no es pacífica, por mucho que sea muda (Centurión).

- Si de repente te corteja el tipo raro del trabajo, cerciórate de que sea realmente un hombre (Albert Nobss).

- Quien escribe para aterrorizar, a lo peor acaba muerto de miedo (El enigma del cuervo).

Lo dicho, quien no saca una lección de una peli (aunque no sea buena) es porque no quiere... o no aplica la imaginación.

La mujer de negro

lunes, 9 de julio de 2012
Este fin de semana vi, por fin, La mujer de negro, la peli en que "Harry Potter" deja de ser Harry Potter para convertirse, muy merecidamente, en Daniel Radcliffe.
La película, ambientada en la inglaterra de principios del siglo XX, nos cuenta la tétrica historia de Arthur, un joven abogado viudo (Radcliffe) y sus vericuetos en un pequeño pueblo costero británico por tasar y conseguir vender la mansión de una ricachona que acaba de morir. El problema es que en el pueblo la gente no lo recibe muy cariñosamente (eufemismo) y le piden amablemente que deje las cosas como están y se vuelva a Londres y sus brumas matutinas (doble eufemismo).
No querría revelar más del argumento de la película porque algo que disfruté muchísimo al verla fue las sorpresas que éste depara a lo largo de la hora y media larguita de su metraje.
Lo que sí puedo deciros es que nos encontramos ante una película de terror de corte clásico que hace suyo el lema "menos es más". Menos música estridente, menos sangre, menos vísceras, dan más: más miedo, más sustos, más escalofríos.
Me enganchó y me atemorizó a partes iguales. La fotografía y la ambientación están muy muy bien logradas (se nota que las han trabajado con mimo), las interpretaciones, casi todos actores y actrices desconocidos excepto por el nombrado Radcliffe y mi querido Cirián Hinds (al que ya vimos en la última entrega de las aventuras del amigo Potter como el hermano pequeño de Dumbledore), son muy creíbles y, en general, la película es más que correcta.
Además, cuenta con un final sorprendente (como marca el género) y es adaptación de una novela homónima de Susan Hill de la que, en breve pienso disfrutar.
Si queréis pasar un buen mal rato, no os perdáis esta mujer de negro.


Va de libros

martes, 3 de julio de 2012
Últimamente, he tenido la suerte de encadenar varias lecturas de libros que, por una razón u otra, me han emocionado y atrapado. A veces puedes pasar semanas leyendo novelas que, ni fu ni fa para, de pronto, dar con la tecla y acercarte a varios que te dejan con la boca abierta. Cada uno de su padre y de su madre (soy muy ecléctica en mis lecturas y leo de todo), os dejo una breve mención de mi particular "cadena de geniales":


  1. Donde siempre es otoño de Ángeles Ibirika. Una preciosa historia de amor cargada de sentimientos y la fuerza expresiva que caracteriza a Ángeles. Después de su última novela (Antes y después de odiarte), la autora vasca se había puesto a sí misma el listón muy alto, pero sale airosa de esta nueva aventura literaria y nos ofrece una novela que, sobre todo, hace sentir.
  2. El jardín olvidado de Kate Morton. Olvidado, sí, como la novela que la tenía casi dos años ya esperando en mi estantería a que le llegara el turno. Siendo una historia de familias más, la autora combina tan bien la narración a tres voces y tiene una facilidad para crear prosa atractiva y ligera que consigue que la lectura sea muy agradable y no se haga pesada. Especialmente me ha agradado la historia más antigua, la del origen de la abuela de la protagonista, pero todas están igualmente bien narradas.
  3. El abuelo que saltó por la ventana y se largó de Jonas Jonasson. IMPRESCINDIBLE. En serio, todas las alabanzas que está recibiendo este hombre no son en vano. Es una novela divertidísima, todo un repaso irónico y sagaz de los mayores momentos históricos del siglo XX. Sus personajes son inolvidables, tienen ese puntito especial que los acerca a la genialidad sin convertirlos en inverosímiles y el optimismo del prota, el centenario Allan Karlsson, es contagioso.
  4. La dama de blanco de Wilkie Collins. Lo releo en español y en versión no-reducida porque en su día leí una adaptada en inglés. Con este autor victoriano ya sabía que apostaba sobre seguro. Sus ochocientas páginas no se hacen en ningún momento pesadas, Collins domina como nadie el arte de dosificar la información y crear diálogos apasionantes. Ya estoy deseando hacerme con otra novela suya.
Y lo próximo...
En casa tengo esperando varios (El temblor del héroe de Álvaro Pombo, Todas las otras noches de Sarah Dorn, Me and Mr. Darcy de Alexandra Potter...) pero ¿quién sabe? Sin pensarlo es como más estoy acertando últimamente... me dejaré llevar.

¿Y vosotros? ¿Tenéis pensada alguna lectura veraniega?

Meme... ¿primaveral?

martes, 26 de junio de 2012
¡Meses! Sin pasarme por aquí. Pocas o ninguna excusa, soy un desastre.
Y antes de que el sol se apoderara del cielo alicantino con la rabia que lo ha hecho, Elena Moraira, compañera en la antología Sueños de Navidad me propuso para un Meme primaveral. ¿Qué es un Meme? Un juego consistente en diez preguntas que has de contestar y nominar a otras personas a responder otras tantas que inventes.
Las nuestras, como no podía ser de otra manera, tienen que ver con la creación literaria y, aunque de primaveral ya no va a tener nada, nunca es tarde si la dicha es buena así que... allá van mis respuestas:






  1. ¿Cuándo empezó tu pasión por la escritura? Era muy muy pequeña. Desde niña siempre estaba inventando historias y, cuando aprendí a escribir, descubrí que si las anotaba me acordaría de ellas para siempre. El primer cuento "con pies y cabeza" lo escribí con ocho años, pero antes ya hacía revistitas con recortes, pasatiempos y canciones.
  2. ¿Con qué género te sientes más cómoda al escribir? Habitualmente con el chick-lit aunque debo reconocer que siempre me estoy proponiendo nuevos retos. He estudiado muchísimo la literatura inglesa del siglo XIX y, un día de estos me gustaría probar con un relato ambientado en esa época.
  3. ¿Cómo describirías tu rutina de trabajo? ¡Soy un caos! Me cuesta mucho establecer una rutina para escribir porque siempre se me cuelan otras tareas pendientes no relacionadas con la escritura. Sin embargo, cuando una historia me atrapa de verdad, suelo pasar horas y horas enfrascada en ella y ni me acuerdo de comer. Luego acabo con los ojos colorados y la muñeca hecha polvo pero... palos agusto no duelen.
  4. De todo el proceso de crear una novela ¿qué es lo que más te gusta? El momento de escribir, el primer borrador, cuando el torrente de ideas que llevas dentro fluye sin control y consigo dominar a la vocecilla criticona que ha de funcionar luego, a la hora de la corrección.
  5. Si alguien te dice que hay algo de tu novela que no le gusta ¿lo cambiarías? Depende quién y por qué lo diga. Si el cambio es justificado y descubro que le da más empaque y consistencia a la historia, puede que sí, cuatro ojos ven más que dos. Si, por el contrario, tiene que ver más con una valoración subjetiva, normalmente no lo haría porque para gustos, los colores.
  6. ¿Qué opinas de la auto publicación? Desgraciadamente, el mercado editorial está chungo no, lo siguiente, y siempre es mejor ver el sueño de una vida cumplido a vivir una continua frustración. Quizá con un autopublicación no se consiga el impacto con el que soñabas, pero es una buena manera de meter la cabeza y ser leída y ¿no consiste en eso?
  7. ¿Quién fue la primera persona a la que dijiste que te iban a publicar por primera vez? Mis padres estaban junto a mí así que se enteraron al mismo tiempo. Sin embargo, a la primera que llamé, hecha un manojo de nervios e hiperventilando fue a mi gran amiga y escritora Nuria Llop, que tuvo la paciencia de no colgarme y dejarme gritando sola.
  8. ¿Alguna vez has pensado en tirar la toalla? En general, no. Con historias determinadas, sí, muchas. De hecho, tengo muchos relatos sin acabar por eso mismo. Soy muy autoexigente y, si la historia que estoy contando no me fascina no creo que pueda fascinar a nadie y la descarto. Sin embargo, la necesidad de escribir siempre vuelve, tarde o temprano.
  9. ¿Qué consideras imprescindible para disfrutar de una historia? Sentir cierta empatía con los personajes o la situación que viven. Si no soportas a los protagonistas que son los que te van a llevar de la mano a lo largo de la narración, si sus vidas te importan un bledo, difícilmente vas a pasarlo bien. Estilísticamente, disfruto muchísimo con los diálogos bien montados, los que parecen de verdad y dicen más de lo que parece.
  10. ¿Cuál es tu próximo reto? ¡Acabar la siguiente novela! Tengo una pululando por las editoriales y en la que trabajo actualmente es una historia que de verdad, de corazón, creo que merece la pena ser contada y leída. Estoy impaciente por acabarla e intentar buscarle padrino.
Nada más, chicos, mandaría otras diez preguntas, pero la primavera se ha acabado y más de una compañera me enviaría a freír... (completar con algún alimento "freíble").
Besitos literarios,

Ana.

La deuda

domingo, 8 de abril de 2012

Ayer por la noche me acerqué a una película que en principio iba a ser un entretenimiento más, pero que resultó ser un BUEN entretenimiento de los que llevan mensaje y te dejan pensando un ratito después de verla.
Se trata de La deuda película norteamericana adaptación de una israelí que nos cuenta la historia de tres miembros del Mossad (inteligencia israelí) que a mediados de los sesenta son enviados a Alemania para capturar y extraditar a uno de los mayores criminales nazis. La película arranca, sin embargo, treinta años más tarde cuando su misión se estrena en forma de libro y reciben una noticia que remueve las bases en las que se han sustentado sus vidas: el criminal al que asesinaron... sigue vivo.
Me ha gustado el ambiente de la película, el reparto (sobre todo la conjunción Jessica Chastain - Sam Worthington) y la dosificación de la información, pero sobre todo el mensaje que subyace: ¿cuántas veces nos mienten los políticos/ fuerzas del orden? Y no me refiero a las miles de promesas electorales que se van por el retrete cada día, sino a las versiones oficiales de los grandes sucesos que recibimos.
Está claro que ya no vivimos en tiempos de Franco y que la censura ha pasado a mejor vida (aunque en la práctica todavía existan prejuicios sobre determinados temas), pero también creo muy clara la influencia de los medios en la reconstrucción de la realidad que nos rodea. La pregunta que plantea esta película es: ¿está justificado? ¿Una mentira es mejor que una verdad en determinadas circunstancias? ¿Quién y cómo puede decidirlas?
Los tres protagonistas de esta película responden a estas preguntas de manera muy distinta: fingiendo que nada ha pasado, sacrificando su felicidad por mantener las apariencias o luchando lo que queda de existencia por resarcir su error.
Desde luego, resulta un poco extraño que esta historia (israelí) nos la cuenten unos rostros como los de Helen Mirren o Tom Wilkinson (amén de los ya mencionados Worthington y Chastain), y tampoco he visto la versión original para saber si era necesario una revisión made in USA, pero el resultado no me ha desagradado en absoluto, más bien al contrario.

Uno para todos... ¡a tumbar la taquilla!

viernes, 6 de abril de 2012

Lo confieso: me pirra la obra en general de Alejandro Dumas y Los tres mosqueteros en particular. Disfruté muchísimo de su lectura y, aunque más de una vez les hubiera dado un capón a Athos y compañía por bravucones, Dumas sabía muy bien lo que hacía y consiguió que un novelón de 700 páginas se pasara en un suspiro entre tantas aventuras.
Cuando me enteré de que estaban preparando una nueva versión cinematográfica lo primero que me pregunté fue: ¿y qué van a mejorar? Los tres mosqueteros ha sido más que adaptada al cine (hasta en forma de spin-off con sus protas ya retirados en la genial El hombre de la máscara de hierro), así que dudaba un poco de que otra nueva versión fuera a suponer una novedad.
Luego llegaron las primeras noticias sobre el reparto y las primeras imágenes y me empezó a picar la curiosidad: Matthew MacFadyen es una de mis debilidades confesadas. Me gusta muchísimo cómo actúa, su voz profunda (tanto en versión original como el magnífico trabajo del actor de doblaje Alejandro García) y una humanidad que no sé si estará en sus ojos o en su sonrisa, pero que lo convierten en uno de los hombres más irresistibles que nunca he visto. Y a él se le añadieron Luke Evans (en fin, a las fotos me remito ^^), Ray Stevenson (que ya me llamó la atención en El rey Arturo), Orlando Bloom y el abominable (es que le tengo tirria, qué le vamos a hacer, siempre hace de malo) Christoph Waltz.
El primer trailer con un dirigible a toda máquina metiendo caña en el castillo de Buckingham respondió, por fin, a mi pregunta de qué de nuevo nos ofrecía esta versión: acción, escenas de las que dejan con la boca abierta y te impiden pensar durante un par de minutos en nada más.
Pero, ¡ojo! la película ofrece más que apabullantes efectos especiales: los personajes están bien dibujados, sobre todo la chulería de D'Artagnan aunque han cambiado muchas cosas de la obra original para simplificar la historia y hacerla más "vendible":
- Athos y su relación con Milady es distinta. Como en el libro y en el resto de adaptaciones, Milady es una espía de ida y vuelta pero toda esta subtrama está planteada y resuelta de manera muy diferente a la de Dumas.
- Adiós a la casa de los mosqueteros y al capitán de los mosqueteros... adiós en general a esta institución.
- Todo el tema de los diamantes del collar de la Reina también es diferente. Aquí es donde más han metido la pata (desde mi punto de vista). La actuación de los mosqueteros no se explica, es incomprensible para cualquier lector de la novela e incluso para los personajes tal y como están plasmados en la película. ¿El motivo? Se descubre dos minutos después de la sopresa final: habrá segunda parte.
Pese a todos estos cambios la película me pareció visualmente muy atractiva, los actores lo hacen de vicio (supongo que a Christoph Waltz no le hace falta mucha preparación para hacer de malo), tiene momentos divertidos (gracias en parte a Blanchet y a la chulería del jovencito D'Artagnan) y Orlando Bloom con sus modelitos metrosexuales, sus ojos pintados y su tupé de 30 cm es del todo cómico.
¿La recomiendo? Sí... aunque el final me ha dejado fría, fría... como un témpano.
A ver qué hacen en la próxima.

¿Una hada madrina?

viernes, 30 de marzo de 2012

Esa pregunta es la que se hace la pobre Julia cuando ve en los baños de señoras de la primera planta a una señora de punta en blanco y con los dedos cargados de anillos.
Os hablo de mi relato ganador de I Premio de Narrativa Romántica La Máquina China y del que paso a dejaros un fragmento.

Lady Ruth me dejó sorda de un silbido. Se había llevado dos dedos a la boca y todo su glamur había huido a la planta de sus pies.
—¡¡Pabloooo!! ¡Hijo, aquí!
—¡Ruth! —me quejé. ¿Cómo lo llamaba por su nombre? Era el Rey Gaspar—. Los niños…
Sí, los niños… o más bien la niña de la fila de delante, que miraba a Ruth con carita asustada,
supongo que más por el silbido que por el descubrimiento de la identidad secreta del Rey Mago.
—Es su nombre de pila —le explicó Ruth con desenvoltura—; ¿no creerías que alguien iba a ir por el mundo de hoy llamándose Gaspar, verdad, corazón?
A la niña empezó a temblarle la barbilla. Agarré a Ruth del brazo y la obligué a dejarla en paz.
—¡La has traumatizado!
—Estos niños de hoy en día…—chistó con la lengua— sí que se traumatizan por poco… ¡¡Pabloooooooo!!
El Rey Gaspar-Pablo miró hacia donde estábamos. Entornó los ojos intentando ver algo, pero el foco de luz lo cegaba y acabó encogiéndose de hombros y negando con la cabeza.
—Bueno, al menos sabe que hay alguien aquí que lo conoce… —Se dejó caer en la butaca como si su misión hubiera finalizado. Le daba igual que faltara un rey por salir—. ¡¡Herminia!!
¿Se puede saber qué te pasa?
Dejé de mirar a Pablo que, hasta con media cara tapada por la barba y otra media por la peluca,
estaba monísimo y me volví hacia mi madre. Lloraba como una magdalena.
—Nunca me llevaron a ver a los Reyes, nunca, nunca…

Me quité las legañas

miércoles, 28 de marzo de 2012
Como cada mañana, es verdad, pero también se las he quitado a este blog. A la espera de que tenga toooda una mañana disponible para perderla en rememorar mis conocimientos básicos en photoshop, la cabecera es lo único que falta por renovar.
Espero que os guste el nuevo diseño, pero sobre todo que os guste el contenido.
Para inaugurar esta nueva máscara he decidido hablaros un poco de la que es mi heroína particular, la autora que me ha hecho soñar desde que con doce años descubriera su primera novela y a la que he dedicado muchísimas horas de estudio, alguna que otra lágrima de pura frustración y más de una cabezada de puro agotamiento mental: mi queridísima y admiradísima Jane Austen.
Cuando me preguntan cuál de sus novelas es mi favorita, siempre me ponen en un aprieto porque todas ellas tienen algo que me hace estremecer de pura admiración cuando la estoy releyendo, pero es cierto que a Orgullo y prejuicio y Emma les tengo un cariño especial. La primera por haber sido mi toma de contacto con Jane, mi tema de tesina y por haberme presentado al héroe romántico por excelencia: Mr. Darcy. La segunda, porque contiene la mejor y más apasionada escena romántica de Austen, impresionante por lo mucho que a Jane le costaba expresar públicamente sentimientos amorosos y por cómo en esta ocasión supera todo recato. Mr. Knightley siempre ocupará un rincón especial en mi corazón.

Por Navidades, me pedían en el foro literario en el que participo, que escribiera un artículo sobre la importancia de la familia en la obra de Austen.
Para cerrar este pequeño homenaje y poner broche de honor a este renacimiento bloguero, os dejo el enlace de la revista on-line donde lo publicaron.
Espero que os guste :)

http://revista.abretelibro.com/2012/03/improcedentes-y-necesarias-las-familias.html

De vuelta (y vuelta)

lunes, 26 de marzo de 2012
Hace meses que no escribo nada y eso que han pasado bastantes cosas:

- La presentación de Sueños de Navidad y su puesta a la venta en diciembre me dejó momentos muy emotivos y ver cumplido mi sueño (aunque ahora queda, como Gracia nuestra increíble bibliotecaria y una de mis mejores amigas me recordó, la presentación de la primera novela individual).

- Aunque sigo en baja forma narrativa, he perfilado algún que otro relato corto y me han publicado uno de ellos en el libro El Monte XII, publicación anual sobre la Semana Santa aspense.

- He estado rodeada de grandes novelas y geniales películas (intentaré dejar constancia de las que más me han llegado en próximas actualizaciones).

Así que la vida sigue y estoy de vuelta por estos lares. A ver si consigo ser un poco más constante y venzo la terrible procrastinación del escritor.

Abrazos,
Ana.